Gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo

Estamos a unas horas de conocer al nuevo presidente de la todavía nación más poderosa e influyente del orbe Estados Unidos. Esta elección es particularmente histórica, por una lado estamos ante el fin del neoliberalismo como la religión que se impuso tras la caída del Muro de Berlín a finales del siglo pasado; ahora con la caída del "orden" financiero mundial, las decisiones que en materia económica determine la próxima administración norteamericana, es fundamental para salir lo más rápido de la crisis. Por otro lado, es la primera vez que un canidato no blanco derrotó en las elecciones primarias del partido demócrata a una mujer que contaba con todo el apoyo de la estructura partidista para ganar la nominación, la senadora Hillary Clinton. Ahora está a punto de lograr lo inimaginable, dejar a un lado al oponenete republicano a la Casa Blanca, el senador por Arizona John McCain. Algunos sostienen que por su juventud, apenas 47 años de edad, el senador de Illinois tiene una gran arrastre entre los menores de 45 años. No obstante ni la edad ni el color de piel, habrían sido suficientes para derrotar a la política tradicional, que se organiza en torno a los lobbies y sus millonarias contribuciones a las campañas, lo que origina las mentadas "deudas" a los favores recibidos. La razón de peso en esta contienda fue el papel de las redes sociales a través de las TIC. Los jóvenes fueron esenciales para la utilización de internet en la campaña, lo que permitió a Obama recibir más dinero de la gente que nadie en la historia y construir una base de millones de ciudadanos en internet que luego se movilizaron en el puerta a puerta y en el teléfono. Mientras que el 59% de los jóvenes usa internet con fines políticos, tan sólo el 20% de los mayores de 65 años lo hace. Los jóvenes pro-Obama han utilizado masivamente sus redes, chats y foros en los espacios sociales de internet, como Facebook o MySpace.
Esto permitió a Obama recabar 286 millones de dólares a fecha 1 de junio, en contraste con los 259 millones que Bush recibió en el 2004 para el conjunto de las campañas de primarias y presidencial. Un 88% de las donaciones de Obama fueron individuales y un 47% de menos de 200 dólares. Ello le ha permitido ser independiente de los grupos de presión, cuyas donaciones rechazó. Podemos señalar sin temor a equivocarnos, que el nuevo presiedente de Estados Unidos está inugurando una nueva era de hacer política, una era donde los ideales democráticos son más del pueblo que nunca antes en la historia. Ahora sólo falta observar que el primer presidente negro haga honor a la máxima de quien dio la libertad a los de su raza, Abraham Lincoln cuando dijo Gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo.